Desde su creación en el año 2009, Bitcoin se ha mantenido como la criptomoneda más aceptada y de mayor valor a nivel global, sin embargo, algunos de sus detractores señalan que dicha criptomoneda tiene un alto consumo energético, por ejemplo, algunos estudios afirman que este consumo puede ser mayor que el de algunos países pequeños.

¿Cómo puede consumir tanta energía Bitcoin si es 100% virtual?

Muchas personas se preguntan cómo es que Bitcoin puede consumir tanta energía, sobre todo si es 100 % virtual, la respuesta está en la minería (forma en cómo se crean nuevos Bitcoins), proceso que consiste en la resolución de problemas matemáticos, en donde el “minero” el que obtenga el resultado correcto más rápido se le asignará una recompensa. 

Cuando nació Bitcoin (2009) cualquier persona podía “minar” desde su casa con una computadora personal, pero al avanzar el tiempo, el proceso se volvió más difícil por dos motivos: en primer lugar, por el aumento en la complejidad de los problemas matemáticos y en segundo lugar, por la gran cantidad de nuevos mineros. Debido a los factores mencionados, al cabo de un tiempo las computadores u ordenadores domésticos quedaron “desfasados” para dar entrada en el año 2010 a los llamados GPUs (tarjetas gráficas de mayor potencia), las cuales aumentaban la cantidad de operaciones por segundo para encontrar el número llamado “hash rate”, el cual resuelve las operaciones matemáticas complejas de la red blockchain (las cuales se utilizan en el proceso de minado y creación de Bitcoins).

El ocaso de las GPU

Sin embargo, estas tarjetas GPUs también dejaron de ser útiles en el año 2012 (siendo utilizadas para minar otras criptomonedas que requieren menor potencia), en esa época surgieron los llamados ASIC (siglas en inglés de Circuito Integrado para Aplicaciones Específicas) que son equipos especializados para minar Bitcoin. De tal manera que entre más máquinas ASIC se encuentren trabajando, se tendrá una mayor potencia computacional y mejores probabilidades de encontrar la solución criptográfica. Esto hizo que los mineros tuvieran en su poder muchos ASIC en instalaciones muy grandes, trabajando al mismo tiempo, las 24 horas del día y los 365 días del año, realizando operaciones que implican un mayor consumo de recursos energéticos.

¿Qué dicen los estudios sobre el alto consumo de Bitcoin?

Saber con exactitud la energía que consume Bitcoin es difícil de determinar, ya que, aun cuando el precio del Bitcoin y el “hash rate” son datos públicos, existen otros indicadores ocultos como la ubicación de todos los mineros, el número total de mineros y el número de máquinas o equipos informáticos que están operando en un momento determinado. Sin embargo, a pesar de estas limitantes, muchos estudios hacen “generalizaciones” o “estimaciones” que pueden generar conclusiones negativas, por ejemplo, un estudio del 2018 de Nature Climate Change, estimó que la contaminación de Bitcoin podría subir la temperatura del planeta en 2 grados, en menos de 30 años, mientras que la Universidad de Cambridge, hizo un estudio estimando el consumo anual de Bitcoin en unos 125 TWh, lo que representa el doble del consumo de Grecia o aproximadamente el 0,5 % del total del consumo mundial.

El problema de los datos “fuente” y estimaciones de los estudios sobre Bitcoin

El problema de algunos de estos estudios es que tienden a hacer “estimaciones” de ciertos datos ocultos, por ejemplo, la ubicación y número de mineros o equipos informáticos. Otro factor importante es el modelo de equipo computacional utilizado; ya que en muchos estudios se considera que todos los mineros utilizan el último modelo ASIC vigente en la fecha del estudio, o que el consumo del ASIC será el mismo a lo largo del tiempo, un claro ejemplo de este “desfase” en la información, son los ASIC actuales, los cuales están consumiendo menos electricidad que los modelos de hace 5 o 6 años. Por lo cual no se toma en cuenta que conforme pasan los años, los equipos informáticos aumentan su capacidad de procesamiento y disminuyen su consumo de energía.

Otro factor a tomar en cuenta, es que la intensidad de la minería siempre varía, ya que depende de la cantidad de mineros que trabajan en un momento determinado, lo cual origina que haya momentos en los cuales el consumo energético se reduzca de forma considerable. Otro factor que influye en el consumo es el origen de la energía, por ejemplo, la Universidad de Cambridge menciona que más del 60 % de la minería se vale de energía proveniente de fósiles, sin embargo, a raíz de esta afirmación surge la siguiente pregunta ¿Cómo se puede llegar a esa conclusión si no se conoce de forma exacta los datos globales mencionados anteriormente? 

Aquí surge otro factor que puede distorsionar más los resultados, que es la generalización del comportamiento de gasto energético en Estados Unidos en relación con otros países del mundo, por ejemplo, un minero en Estados Unidos tendrá un equipo y un consumo energético diferente a un minero en un país oriental o latinoamericano. Como podemos ver, al no tener todos estos indicadores claros, algunos estudios pueden hacer conjeturas o llegar a conclusiones muy distanciadas de la realidad.

¿Quién consume más energía? ¿Bitcoin o el sistema FIAT?

En todos los estudios en donde se critica el alto consumo de Bitcoin, se tiende a “minimizar” el consumo del sistema FIAT (forma de dinero fiduciario cuya cualidad de dinero proviene de su declaración por parte del Estado como tal), argumentando que el sistema tradicional consume menos energía, sin embargo, muchos expertos mencionan que el gasto que hace la banca tradicional no solo comprende sus sistemas informáticos, tecnologías, operaciones bancarias y uso de tarjetas (los cuales se mencionan en algunos estudios), sino que también abarcan el transporte de personal y oficinas bancarias, además del uso y soporte de cajeros automáticos (indicadores que no son incluidos en muchos reportes sobre consumo de Bitcoin vs banca tradicional).

El dinero físico

Otro punto a tomar en cuenta es el dinero físico, ya que el sistema FIAT actual no es 100 % digital, debido a que el dinero físico aún tiene un papel relevante en el sistema tradicional, por ejemplo, si analizamos desde el punto de vista de “digital vs físico”, podemos decir que la impresión de dinero físico es menos ecológica, ya que hay que talar árboles para crear nuevos billetes, además de toda la logística involucrada para que dicho dinero esté en circulación (impresión, sistemas de seguridad en cajas fuertes, transporte de dinero en efectivo, soporte de cajeros automáticos, etc.) lo cual aumenta de forma considerable los indicadores del consumo energético del sistema bancario actual. Lo cierto es que en algunos estudios sobre consumo de electricidad de Bitcoin, se puede apreciar un “doble estándar”, el cual tiende a ser estricto con la criptomoneda Bitcoin, pero flexible con el sistema de dinero FIAT de la banca tradicional.

¿Qué opinas sobre este tema? ¿Crees que los estudios que critican el alto consumo de Bitcoin son confiables?

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