La banca abierta (open banking en inglés), es un concepto que hace referencia cuando una institución financiera permite a terceros, ya sea aplicaciones financieras o Fintech, de acceder a los datos financieros de sus clientes y funcionalidades de sus cuentas bancarias (teniendo el consentimiento o permiso de dichos clientes), con el objetivo de ofrecer servicios financieros personalizados.
Dificultades y resistencia de algunos usuarios
Muchas personas han crecido con la idea de que la banca debe tener una “plataforma segura” y por lo tanto, los datos financieros de sus usuarios deben ser custodiados con el mismo nivel de rigurosidad. Esta idea ha creado dificultades para que la banca abierta “gane terreno” en el mundo financiero. Sin embargo, algunos expertos han podido observar que la falta de confianza en la banca abierta, se debe más a la falta de conocimiento por parte de los usuarios que por no querer usarla. Un claro ejemplo de esto, es que cinco años después del lanzamiento de la banca abierta en el Reino Unido, la FCA (Financial Conduct Authority) informa que sólo siete millones de personas son usuarios activos de la banca abierta.
Diferencias con la banca tradicional
Con la banca tradicional sólo tienen acceso a los datos financieros el cliente y su respectivo banco, mientras que la banca abierta permite compartir los datos financieros con otros proveedores de servicios financieros, lo cual permite que los clientes puedan tener acceso a otros servicios financieros más innovadores y personalizados. Dentro de este grupo de proveedores de servicios financieros (externos a la banca tradicional) se encuentran las empresas Fintech, aplicaciones financieras, comercios y algunas plataformas digitales.
Según palabras de Chris M. Skinner, la banca abierta consiste en convertir los valores de los datos en valores financieros. Esto significa que, a medida que las personas gastan y ahorran dinero, se “enriquecen” los datos sobre dichas transacciones financieras. La banca abierta ayuda a la comprensión de cómo el dinero influye en la vida de los usuarios, creando de esta manera dinero “inteligente”.
Múltiples proveedores de servicios financieros
La principal característica de la banca abierta, es que ofrece a sus usuarios una extensa gama de nuevos servicios financieros, los cuales son creados por múltiples proveedores a través de aplicaciones, API y diversas plataformas digitales, lo cual facilita el acceso al crédito y la administración del dinero de los usuarios, con una interfaz e interacción fluida y efectiva.
Datos financieros a cambio de mejores servicios
La banca abierta solicita los datos de sus usuarios a cambio de brindar un mejor servicio, ya que a través del uso de la tecnología, se recopila la información necesaria que permite enriquecer los datos y obtener un mayor conocimiento del comportamiento financiero de los clientes a través de un aprendizaje automático, lo que se traduce en una forma más rápida y sencilla de ofrecer a los clientes ofertas, créditos y otros servicios financieros más personalizados.
Inclusión financiera
La inclusión financiera es otro factor que caracteriza a la banca abierta, ya que al contar con múltiples proveedores de servicios financieros y tener la capacidad de intercambiar los datos financieros de sus clientes (con una amplia variedad de proveedores), la banca abierta puede brindar a más personas el acceso a herramientas financieras digitales, lo cual se traduce en la posibilidad de ofrecer créditos, préstamos y otros servicios financieros a las personas o empresas que antes no tenían acceso a dichos servicios o beneficios. Esto permite que exista una mayor inclusión financiera, lo cual mejora la calidad de vida de la población en general.
Seguridad
La seguridad es un factor importante cuando hablamos de servicios financieros, sobre todo, cuando se trata de los datos financieros de los clientes. En este punto, la banca abierta se caracteriza por buscar un alto nivel de seguridad, el cual ha ido evolucionando a medida que la tecnología avanza y sobre todo, al seguir los lineamientos pautados por diferentes entes reguladores, lo que permite la existencia de diferentes procedimientos que permiten la protección de los usuarios y de sus datos financieros contra posibles pérdidas y fraudes.
Es importante destacar que en la banca abierta, los usuarios tienen el control del acceso a sus datos financieros y pueden elegir los aspectos de dichos datos que desean compartir. Los usuarios tienen la potestad de seleccionar con quién compartir sus datos y cuándo dejar de compartirlos.
Sin embargo, como mencionamos anteriormente, uno de los principales obstáculos de la banca abierta, es la sensación que tienen algunas personas de “falta de seguridad y privacidad” respecto a su información personal, problema asociado generalmente con su mismo nombre (banca abierta). Debido a esto, Chris M. Skinner menciona que lo mejor sería llamar a la banca abierta “banca inteligente” o “dinero inteligente”, para que de esta manera pueda ser más aceptada por los nuevos usuarios.
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