Las medianas empresas que operan dentro de la Unión Europea, deben cumplir con una serie de normas y regulaciones financieras, las cuales tienen como objetivo mejorar la transparencia y fomentar la libre competencia en el sector. Sin embargo, algunas de estas normas y regulaciones pueden afectar las operaciones de las empresas. A continuación, conoceremos cuáles normas y regulaciones financieras pueden afectar a las medianas empresas en la Unión Europea.
Directivas fiscales
Las directivas fiscales de la Unión Europea se desarrollaron con el objetivo de crear un entorno fiscal más integrado y justo. Estas directivas rigen los impuestos corporativos, dentro de los cuales, están incluidas las normas sobre impuestos transfronterizos y armonización fiscal dentro de la Unión Europea.
Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2)
La PSD2 promueve la competencia y la innovación en el sector de pagos, facilitando la entrada de nuevos actores (FinTech) y permitiendo la interoperabilidad entre bancos y servicios de pago. Las medianas empresas que operan en el comercio electrónico o utilizan sistemas de pagos electrónicos, pueden verse afectadas por esta norma, ya que, si bien pueden aprovechar nuevas oportunidades, también deben adaptarse a nuevos estándares de seguridad, lo cual puede significar actualizar sus sistemas de seguridad y cumplimiento normativo.
Reglamento de Abuso de Mercado (MAR)
Este reglamento establece reglas claras para combatir el abuso de mercado, el uso de información privilegiada, la manipulación de mercados y la divulgación incorrecta o incompleta de información relevante.
Por ejemplo, las empresas medianas que cotizan en mercados regulados de la UE están obligadas a cumplir con requisitos estrictos de divulgación de información. Esto significa que deben publicar información privilegiada tan pronto como sea posible para evitar su uso inapropiado.
Los directivos de medianas empresas, así como los trabajadores o profesionales vinculados, deben reportar cualquier transacción que realicen con valores de la empresa (acciones, bonos, etc.), sobre todo si dicho valor supera un umbral determinado. Esta medida busca evitar que algunos directivos o trabajadores aprovechen su posición para sacar ventaja en el mercado con información no pública.
Directivas contra el lavado de dinero (AML)
Las directivas contra el lavado de dinero (Anti-Money Laundering o AML) se desarrollaron con el objetivo de prevenir delitos financieros y proteger la integridad del sistema financiero europeo. Este tipo de directiva puede afectar a las medianas empresas, especialmente a las que tienen capital limitado, ya que requieren que las empresas realicen inversiones e implementen medidas para prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, lo cual puede afectar significativamente sus operaciones financieras, procedimientos de cumplimiento y fondos de capital.
Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD)
A través de la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (Corporate Sustainability Reporting Directive o CSRD) la Unión Europea solicita a las medianas empresas que presenten información actualizada sobre el impacto ambiental y social que puedan tener sus operaciones, lo cual promueve la transparencia y la rendición de cuentas, además de permitir que las empresas estén alineadas con los objetivos de sostenibilidad a nivel global.
Este tipo de directiva puede afectar a las medianas empresas, ya que para poder cumplir con las prácticas comerciales sostenibles y mejorar la calidad de los informes de sostenibilidad, las empresas se ven obligadas a invertir en medidas preventivas y correctivas, como el entrenamiento de personal, tecnología que permita que sus operaciones sean más sostenibles, entre otros.
Reglamento General de Protección de Datos (GDPR)
Aunque no es específicamente una regulación financiera, el GDPR tiene un impacto directo en las medianas empresas que gestionan datos personales, incluyendo los datos de clientes en servicios financieros, ya que impone obligaciones estrictas sobre cómo las empresas recopilan, procesan y almacenan la información personal de sus usuarios. Esto obliga a las medianas empresas a invertir en tecnología y sistemas de gestión de datos, además de capacitar a sus empleados para cumplir con las estrictas normas de protección de datos.
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