Debido a las diferentes repercusiones que tiene el clima a nivel mundial, una de las principales preocupaciones de los últimos años ha sido el calentamiento global, sobre todo a raíz de diversos estudios que señalan que las actividades humanas (relacionadas a la emisión de gases de efecto invernadero) son un factor que agrava este problema.
Problemas actuales ocasionados por el cambio climático
Actualmente se ha podido observar que los patrones meteorológicos se han vuelto más impredecibles por causa del cambio climático, lo cual dificulta ciertas actividades en zonas de escasos recursos, generando un problema a nivel global, lo cual ha incentivado a diferentes gobiernos a establecer acuerdos para ayudar a los países afectados por el cambio climático, además de combatir la emisión de gases de efecto invernadero que ocasionan este problema global. Uno de estos acuerdos es el financiamiento climático.
¿Cómo surgió el financiamiento climático?
El financiamiento climático surgió como un acuerdo internacional, cuyo objetivo fue solucionar las necesidades (que se generaron a raíz del cambio climático) en ciertas regiones del planeta, aportando los recursos financieros necesarios para combatir el cambio climático y sus efectos adversos.
¿En qué consiste el financiamiento climático?
El concepto de financiamiento climático se utilizó por primera vez en el año 1992 durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en el cual se estableció que los países desarrollados proporcionarán recursos financieros a los países en desarrollo.
Según este punto de vista, para afrontar el cambio climático, es necesario realizar inversiones a “gran escala”, las cuales no pueden ser llevadas a cabo por los países más pobres, los cuales tienden a ser los más afectados por el cambio climático. En este punto debemos destacar que los países más pobres tienen una menor emisión de este tipo de gases, sobre todo en comparación con los países más desarrollados.
Además de la CMNUCC, a través del Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto, se exigió a los miembros con más recursos financieros contribuir con el financiamiento climático, aportando recursos a las partes más vulnerables, ya que esto les permitiría tener los recursos financieros necesarios para adaptarse a los efectos adversos y reducir el impacto negativo de un clima cambiante y de patrones meteorológicos impredecibles.
Origen y mecanismos de financiamiento
El financiamiento climático puede provenir de una variedad de fuentes, incluyendo gobiernos, instituciones financieras internacionales, asociaciones, corporaciones, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales (ONG), entre otros.
Algunos mecanismos de financiamiento climático incluyen el Fondo Verde para el Clima, el Fondo de Adaptación, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, inversiones privadas a través de fondos de capital de riesgo, herramientas financieras especializadas y bonos verdes. A continuación se da una breve explicación de los mecanismos más destacados:
Fondo Verde para el Clima (GCF): Mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM): Agrupación de fondos dedicados a hacer frente a la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación de la tierra y los océanos.
Fondo de Adaptación: Fondo internacional que financia diferentes proyectos y programas para ayudar a países en vías de desarrollo a adaptarse a los efectos negativos del cambio climático.
Bonos verdes: Bonos que tienen como objetivo financiar (o refinanciar) proyectos verdes elegibles, los cuales deben estar alineados con los Principios de los Bonos Verdes (Green Bond Principles o GBP).
Energías renovables
A través del financiamiento climático, los países más afectados (países en vías de desarrollo) pueden adaptarse y afrontar los efectos adversos del cambio climático, además de tener el apoyo financiero necesario para ejecutar las transiciones que les permitan adoptar el uso de energías renovables, reduciendo de forma efectiva la futura emisión de gases de efecto invernadero.
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